sábado, 21 de noviembre de 2009

Bailemos

En todas las fiestas hay una cosa, entre todas las demás cosas que detesto, que me da ganas de tirarme de cabeza por un precipicio. En todas las fiestas hay un energúmeno deplorable que se cree "cool" y se divierte molestando al que no tiene ganas de andar deslizándose entre cuerpos sudorosos al ritmo de una cumbia o un reggaeton. Que se divierte exhortando persistentemente a los que no nos interesa cantar a los gritos "Azul" de Cristian Castro, ni nos emocionamos con las canciones de Axel.
Le voy a decir algo a este enfermo mental que llega en medio del carnaval carioca manifestando su exorbitante patetismo en todo su esplendor, a este tarado pusilánime que llega con la camisa transpirada y arremangada, una corbata en la cabeza, y un collar de flores con el que quisiéramos acogotarlo. A este imbécil que no tiene nada mejor que buscarnos en la silla en la que estamos sentados, tironearnos del brazo y arrastrarnos por el piso del salón como un cavernícola aunque le estemos diciendo a los gritos que ni en pedo ponemos un pie en la pista. A vos, retrasado mental, a vos te voy a decir: ¡Agarrá esas antenitas fluorescentes que tenés en la cabeza y andá a bailar con E.T., FORRO!