viernes, 27 de febrero de 2009

Mucho ruido y pocas nueces

Justo cuando creía que estar a punto de irme de vacaciones significaba despreocuparme de todo y dejar de fastidiarme, una manga de tarambanas colma la autopista como un ejército de zombies lobotomizados.
Entre las incontables cosas que más me sacan de quicio, está el ruido. La contaminación auditiva es una de las peores torturas que alguien podría estar confinado a sufrir, sobre todo cuando vuelve cansado de no haber dormido y haber estado un día entero afuera.
Para ser sincera no logro entender por qué diantre alguien podría estar tan urgentemente apurado un viernes a las siete de la tarde como para que su mano se quede firmemente adherida a la bocina del auto. ¿Qué logran con semejante alboroto, me pueden explicar? ¿Evitar pagar cuatro pesuchos miserables para el peaje, acaso son todos pordioseros? ¿Ahorrarse cinco minutos de espera? No me entra en la cabeza con qué fin se arma esa orquesta de cornetas desafinadas que saturan los oídos.
Esa reacción me parece exagerada incluso cuando es por cuestiones de puntualidad - llegás tarde, y bueno, por quedarte pegado a la bocina no vas a retrasar el reloj. De todas maneras, aunque no lo justifico, comprendo que algún subnormal sucumba ante la desesperación. Pero, ¿más de cien zánganos desorientados y exacerbados por llegar cinco minutos más temprano un viernes a las siete? Si al fin y al cabo, es un viernes a la tarde, nadie va a trabajar a esa hora. Esos tacaños escandalosos que atiborran las calles con su estrépito horrendo deberían ser encerrados dentro de un termopanel acústico con un equipo de música y un amplificador pegado al lado del oído que repita incesantemente un compilado del electro más bullicioso y monótono.

18 comentarios:

etereα · dijo...

Estoy de acuerdo con lo de la contaminación auditiva... Pero vamos, mujer, que permitir que una situación como esta te irrite así termina siendo una respuesta muy similar a la que tienen estos impacientes; y así es como se genera la bola de nervios que se alimenta de cada uno, crece, y aplasta a todos.
Que no te supere :)

Iara Melina dijo...

Tenemos muchas coincidencias mujer!
Un
besitooooooo

J a m o n a dijo...

y bueno querida... sera porque DIOS TRABAJA EN FORMA MISTERIOSA...
jajajajajajaj chiste!

te comprendo realmente.
saluditos buen fin de semana!

Anónimo dijo...

aaaa me sacan las bocinas y los timbres y el sonido del telefono, yo digo: el hecho de que toques insistentemente la bocina y/o el timbre no va a hacer que avances y/o atiendas mas rapido (en su respectivo orden)

Anecdo - Otaria dijo...

A mi tb me encanta quejarme. Asi que seguro pasare por aca seguido!
Saludos!

lau dijo...

una de las cosas que más hago: quejarme. si no me quejase, no sería yo.

es increíble la contaminación sonora de las grandes ciudades. yo vivo en pleno centro de Córdoba y de jueves a domingos no sabés la tortura que es tratar de dormir..
entre bocinazos, música de algún departamento, gritos de algún borracho o grupo de borrachos y una largo sinfín de bulla..

pero bueno, creo que es como me dice una amiga: si no querés ruidos, andate a vivir sola al monte. y agrega la tan conocida frase: lo que no te mata, te hace más fuerte. frase que yo reformulo: lo que no te mata..te da ganas de matarte..

los bocinazos eternos de embotellamiento me inflan la vena, creo que esa impotencia de no poder hacer nada es tortuosa..

te encontré en el blog de carolina aguirre y pasé a husmear..y me re extendí, así que ya, me voy..


saludos, che!

Acerbus dijo...

Yo viví en un departamento sobre una calle céntrica. Luego en otro departamento sobre una avenida muy transitada. El coro de bocinas era insoportable al principio, pero uno termina acostumbrándose. Es como el ruido de fondo.
Creo que la bocina es como la flatulencia (pedo): sólo le gusta al dueño (que la está tocando)

Anónimo dijo...

me pasa casi todos lso días en el centro de Palma... les quisisera meter la bocina en el centro del culo a los pelotudos que se prenden de ese boton

saludos desde el chiquero

Pam Crowley dijo...

Amén!!

descalza camina dijo...

¿Cóooomo? ¿Me vas a decir que no es hermoso el sonido de cientos de bocinas? ¡No te creo! A todos nos encanta. Es tan hermosamente armónico que se asemeja a un ringtone de Don Omar en hora pico en cualquier línea de colectivo. Vaaaamos!

Ivanna dijo...

Hola!! Dejame decirte que tu perfil es encantador, no coincido en casi nada, pero sí que es encantador.
Odio los ruidos tambien, me siento frustrada e impotente ante los ruidos molestos.
Un abrazo!
xxx

Bortol dijo...

Creo que es hora de que los autos vengan sin bocina... son al pedo...

Café (con tostadas) dijo...

estoy de acuerdo...

con vos y con Bortol

Putos, todos (los que tocan bocina como si cambiara el mundo!)

Irene dijo...

Uf, como agota la ciudad.
Vivo en una de las ciudades mas freneticas del mundo y la semana pasada queria huir. POr suerte pude escaparme a un parque por un buen rato... el verde y los pajaritos pueden ser el mejor remedio.

Anónimo dijo...

a mi me estan construyendo un edificio al lado de mi ventana. No aguanto mas los ruidos!!!!

RODOLFO GRIJALVO dijo...

La ley dice que cuando vos llegas a la cola del peaje y hay una espera mayor a no se si son dos o tres minutos la que te cobra el peaje tiene que levantar la barrera para descongestionar, obviamente los que lo manejan tienen ordenes de hacerse los boludos y seguir cobrando, es por eso que se arman esos quilombos, yo prefiero gente protestando antes que sumisos que pagan y encima esperan, de todos modos te entiendo , a mi tambien me joden los ruidos, pero ahora que lo sabes, no te cambia en algo la perspectiva?
Te invito a mi blog a vos y a todos los que esten por ahi....

Kein dijo...

de acuerdo a como todos los subnormales, el apuro de llegar mas rapido a tu casa lo vas a tener siempre.

^^

no se como actuaria, por que no manejo ¬ ^^

adios.

DaniTheFish dijo...

Como?... la bocina no convierte en helicòptero al auto de adelante?